El director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, deberá dar su testimonio ante el Congreso de Estados Unidos el 11 de abril por este caso y por su respuesta considerada tardía sobre la manipulación política atribuida a Rusia.
Zuckerberg reconoció de nuevo “errores”, ayer en una conferencia telefónica con periodistas.
“Creo que en la vida se aprende de los errores”, dijo Zuckerberg, que se comprometió a “mejorar en el futuro, aunque “ninguna medida de seguridad será perfecta”. También aseguró que siempre fue la persona adecuada para liderar el grupo a pesar de las polémicas que empañan la imagen de la red social, cuyo modelo económico se basa en la explotación de los datos personales de sus usuarios.
Zuckerberg reconoció que los datos personales de “hasta 87 millones de usuarios” podrían haber caído en manos de la firma británica Cambridge Analytica (CA), cifra mucho más alta que los 50 millones de usuarios afectados de los que informaba hasta ahora la prensa.
La firma de análisis de datos y comunicación estratégica, que trabajó para la campaña presidencial de Donald Trump en 2016, refutó esta cifra en un comunicado y aseguró que solo había recibido datos de “30 millones” de personas a través de la compañía Global Science Research (GSR), que, según Facebook, los transmitió sin autorización.
CA también repitió que no utilizó estos datos como parte de su trabajo para el equipo de campaña de Trump, y que borró toda la información cuando Facebook le informó en 2015 que se habían transmitido sin autorización.
Facebook emprende nuevas medidas de seguridad
En medio de este escándalo, Mark Zuckerberg organiza desde hace semanas una respuesta política y mediática para convencer a los usuarios y los poderes públicos en EE.UU. y el resto del mundo de que el sitio tomó conciencia de su responsabilidad y actúa para protegerlos de toda explotación maliciosa de sus datos. Ayer el grupo detalló sus medidas destinadas a hacer más claros y transparentes los parámetros de confidencialidad.